Escapada exótica en el corazón de Laos

Un viaje a Laos es descubrir un país con múltiples facetas. Este país posee sitios históricos excepcionales como el Wat Phou, inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO, situado en la provincia de Champassak. Su capital, Vientián, aunque no es tan animada como Bangkok, ofrece no obstante su cantidad de sorpresas y entretenimientos. Laos se distingue por su riqueza cultural y sus paisajes variados, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y enriquecedora.

Si Phan Don es un conjunto de 4000 islas tropicales en el Mekong. Son ideales tanto para el descanso como para actividades al aire libre. Es posible practicar kayak, recorrer en bicicleta o incluso observar los delfines de Irrawaddy, delfines de agua dulce endémicos del sudeste asiático, a bordo de una canoa. Es un lugar imprescindible del País del loto. A 2 horas de Luang Prabang, las cuevas de Pak Ou albergan representaciones de Buda. Se puede llegar en tuk-tuk, pero es mucho más agradable en barco. Se descubren entonces dos cuevas en medio de una selva exuberante y, en el interior, miles de estatuillas de Buda en todas las posiciones... ¡Único! Situado en la provincia de Champassak, el templo de Vat Phou es un legado de la civilización jemer, un pequeño Angkor en Laos, encaramado en los montes Pasak y a unos cincuenta kilómetros de Paksé. ¡Este sitio es simplemente increíble! Situada en un valle del Mekong, Luang Prabang es la antigua ciudad real con encanto oculto y el corazón espiritual de Laos desde hace miles de años. Es posible recorrer la ciudad a pie para admirar los hermosos templos gestionados por los jóvenes budistas, entre los que el más famoso es Wat Xieng Thong, que data del siglo XVI. Muchos turistas visitan los pueblos vecinos en moto.

Laos es un verdadero remanso de paz. Vientiane, su capital, sorprende por su tranquilidad, a excepción del mercado nocturno. Esta quietud es poco común para una capital, especialmente porque la ciudad se ha desarrollado rápidamente en los últimos años. Esta calma exterior refleja una paz interior; aquí, nadie exterioriza su ira, conforme a la tradición budista. La calma y la discreción reinan en todo el país. Lo que podría percibirse como indiferencia o pereza es en realidad la naturaleza profunda de los Lao. Esto es lo que hace la magia de Laos, con sus paisajes del norte y la serenidad de las islas del Mekong. Laos se presta perfectamente a la meditación, enseñada en los templos budistas por monjes, o practicada individualmente a orillas del Mekong.

Si tienes sed de naturaleza, Laos es una buena opción. La mayor parte de los bosques son naturales, pero, por desgracia, el auge económico organizado por los chinos y los vietnamitas ha iniciado un proceso de deforestación sistemática. Sin embargo, todavía están presentes algunos especímenes raros en la fauna y la flora. Espacios silvestres, antes inaccesibles, ahora pueden ser explorados gracias a programas de ecoturismo organizados por ONG internacionales. Guías locales competentes pueden mostrarte la naturaleza aún salvaje mientras respetan su equilibrio natural por el momento.

La cultura nacional está formada por las contribuciones de diferentes etnias (49 reconocidas oficialmente), ya sean autóctonas (Tai Lao) o de origen lejano (sino-tibetanas, Hmong, austroasiáticas). Esta diversidad constituye un mosaico de tradiciones: hábitat, comida, ritmo de vida, religión y concepción del mundo. La vida tradicional parece respetarse en Laos, a diferencia de lo que ocurre con los vecinos. Las regiones laosianas no presentan un aspecto uniforme pero poseen caracteres culturales diferentes, consecuencias de una historia tumultuosa. Ofrecen una bella diversidad artística y artesanal. Cabe destacar que la situación geográfica central de Laos explica los intentos de dominación por parte de los países vecinos.

Simplemente tienes que cruzar una cadena de montañas en autobús, sin arriesgar tu vida. No faltan terrenos para explorar: bosques, montañas, cuevas y ríos salvajes. Las gargantas del Nam Ou, las cascadas de Tad Lo o las islas del Mekong son ejemplos perfectos. El trekking o el descenso en kayak, el barranquismo o el rafting, el ciclismo de montaña o la escalada, sin olvidar los paseos a lomos de elefante, son tantas actividades al aire libre que permiten descubrir las riquezas naturales de Laos.