Los imprescindibles que descubrir
En la costa oeste de Madagascar, se extiende un paisaje de postal con inmensos baobabs de una variedad única en el mundo. Estos gigantes de la sabana forman una avenida natural malgache, similar a los Campos Elíseos, ofreciendo imágenes espléndidas, especialmente al atardecer.
La isla de Nattes es un pequeño paraíso accesible solo en piragua desde el extremo sur de la isla de Sainte-Marie. Este lugar apartado, con una vegetación exuberante, está bañado por aguas cristalinas y protegido por una barrera de coral llena de sorpresas. Playas de arena blanca te esperan allí.
El parque nacional Tsingy de Bemaraha, clasificado como patrimonio mundial de la Unesco, es un majestuoso bosque de árboles de piedra para explorar como una vía ferrata. En la cima, se ofrece un espectáculo geológico impresionante. Continúa hacia Diego Suarez (Antsiranana), antigua ciudad de guarnición con un encanto anticuado.
Las Tierras Altas, consideradas el granero de Madagascar, son ideales para hacer senderismo a través de terrazas de arrozales, viñedos y pintorescos pueblos. No te pierdas Antsirabe por sus fuentes de aguas termales o Ambositra donde el tiempo parece haberse detenido. En Fianarantsoa, los aficionados pueden degustar los mejores vinos del país. También es la región de Antananarivo (Tanarive).