La riqueza de la historia
Camboya tiene una historia antigua y gloriosa, una de las más deslumbrantes del mundo, con Angkor y los restos de la ciudad más grande construida en el siglo XIII. Sin embargo, este período entre los siglos VIII y XV que creíamos haber dominado ha sido recientemente cuestionado por los descubrimientos de los arqueólogos franceses Eric Bourdonneau y Jacques Gaucher, que han alterado nuestras creencias sobre el funcionamiento de los templos y el significado de su arquitectura y estatuaria. Casi 150 años después de su descubrimiento, las ruinas de Angkor todavía tienen secretos que revelar. La falta de mantenimiento y de recursos, el abandono, la degradación de todo tipo, el saqueo -por no hablar de los sitios históricos que han sido utilizados con fines militares- han dañado gravemente estos tesoros. Por no mencionar que el budismo fue elevado a crimen bajo el régimen de los Jemeres Rojos, muchos objetos religiosos, monasterios y estatuas fueron destruidos durante este período negro. Por último, como si el destino estuviera en el lugar religioso más extraordinario del mundo, un hongo ataca inexorablemente la arenisca de los monumentos, amenazando con borrar para siempre los últimos vestigios de la civilización jemer. Una civilización de la que hay pocas pruebas de reunificación antes del período angkoriano, excepto una estela, la de Sdok Kok Thom, en la provincia de Sa Kaeo, Tailandia.