Naturaleza y paisajes contrastantes en Líbano
A pesar de su pequeño tamaño, el Líbano ofrece paisajes múltiples y muy contrastantes. Bastan unos pocos kilómetros para pasar de las regiones desérticas de Hermel o las llanuras agrícolas de Bekaa a los espacios forestales de Aakkar o las colinas áridas del sur del Líbano. Aunque los míticos bosques de cedros están cada vez más reducidos, las cuevas de Jeita y el valle de Kadisha son maravillas naturales que no se deben perder.
Variada, fina y deliciosa, la cocina libanesa goza de una excelente reputación mundial. Comience con un tradicional mezze, un surtido de pequeños platos calientes o fríos como el hummus, el tabulé o el kebbeh. Una comida a menudo se acompaña con arak, una bebida alcohólica a base de anís, y luego con un vino local. Las parrilladas de carne y pollo son imprescindibles. Los pasteles locales a base de frutos secos y crema o el mouhalabieh son un deleite que no se debe perder.
Además de su patrimonio cultural único, el Líbano es perfecto para los amantes de las aventuras deportivas. En Beirut, disfrute de las playas, bucee para descubrir vestigios antiguos sumergidos o esquíe en Faraya. Senderismo, ciclismo de montaña, rafting y escalada también son posibles en las montañas libanesas.