Líbano, tierra de contrastes y cultura

Explore el Líbano, donde la historia se encuentra con la modernidad.

Descubra un país con paisajes variados y una cálida bienvenida.

El Líbano, una mezcla fascinante de herencia y modernidad

Un buen clima El Líbano disfruta de un clima mediterráneo. El invierno es suave y lluvioso en la costa, pero hay muchos claros y las lluvias son de corta duración. La nieve está presente en la montaña de enero a marzo. El verano es caluroso y seco. Las regiones montañosas, frías en invierno, ofrecen en cambio un clima muy agradable en verano. La máxima popular dice que en el Líbano se puede esquiar por la mañana y nadar en el mar por la tarde. La primavera y principios de otoño siguen siendo los dos mejores períodos para visitar el país. El clima es agradable, hay menos turistas y las luces brillantes.

Un viaje inolvidable al corazón del Medio Oriente

Descubra un país donde cada rincón cuenta una historia antigua, donde las cálidas sonrisas de los habitantes le dan la bienvenida a un mundo a la vez familiar y exótico. Desde majestuosas montañas hasta playas doradas, este territorio ofrece una variedad de paisajes que asombran y tranquilizan. Al recorrer sus sinuosos caminos, descubrirá pintorescos pueblos situados entre colinas verdes y soleados valles. Para los amantes de la gastronomía, la cocina local es un verdadero festín para los sentidos. Déjese tentar por sabores delicados y platos picantes que despiertan el paladar. Los coloridos mercados están llenos de especias embriagadoras y frutas frescas, mientras que los animados cafés lo invitan a saborear un café tradicional admirando el mundo pasar. Aventureros, prepárense para explorar senderos montañosos, sumergirse en aguas cristalinas o deslizarse por las pistas nevadas en invierno. Este país es una tierra de oportunidades para quienes buscan adrenalina y asombro. Un viaje aquí promete descubrimientos en cada momento y recuerdos que permanecerán grabados para siempre.

Descubre la cultura del Líbano

Cruce de civilizaciones entre Occidente y Oriente, Líbano es un mosaico cultural y confesional rico en 18 confesiones religiosas. Su historia es tanto rica como agitada. Griegos, romanos, cruzados, egipcios y turcos han dejado vestigios extraordinarios y variados. Líbano no se resume únicamente a su guerra civil (1975-1990), al conflicto del verano de 2006 o a las diferentes crisis políticas. Al contrario, el país de los cedros ofrece una multitud de sitios arqueológicos, ruinas bizantinas, templos romanos y castillos de los cruzados para descubrir. La riqueza histórica de Líbano cuenta evidentemente con sitios imprescindibles como Baalbek, Biblos, Tiro y Beiteddine. Pero mil otros tesoros también te esperan.

Naturaleza y paisajes contrastantes en Líbano

A pesar de su pequeño tamaño, el Líbano ofrece paisajes múltiples y muy contrastantes. Bastan unos pocos kilómetros para pasar de las regiones desérticas de Hermel o las llanuras agrícolas de Bekaa a los espacios forestales de Aakkar o las colinas áridas del sur del Líbano. Aunque los míticos bosques de cedros están cada vez más reducidos, las cuevas de Jeita y el valle de Kadisha son maravillas naturales que no se deben perder. Variada, fina y deliciosa, la cocina libanesa goza de una excelente reputación mundial. Comience con un tradicional mezze, un surtido de pequeños platos calientes o fríos como el hummus, el tabulé o el kebbeh. Una comida a menudo se acompaña con arak, una bebida alcohólica a base de anís, y luego con un vino local. Las parrilladas de carne y pollo son imprescindibles. Los pasteles locales a base de frutos secos y crema o el mouhalabieh son un deleite que no se debe perder. Además de su patrimonio cultural único, el Líbano es perfecto para los amantes de las aventuras deportivas. En Beirut, disfrute de las playas, bucee para descubrir vestigios antiguos sumergidos o esquíe en Faraya. Senderismo, ciclismo de montaña, rafting y escalada también son posibles en las montañas libanesas.

Riqueza culinaria libanesa

Variada, fina y deliciosa, la cocina libanesa goza de una excelente reputación en todo el mundo. Puedes comenzar con un tradicional mezzé, un surtido de pequeños platos fríos o calientes como el hummus, el tabulé, el fattoush o el kibbeh. Una comida libanesa a menudo se acompaña de un arak, bebida alcohólica a base de anís, seguida de un delicioso vino local como el Ksara o el Kéfraya. Las parrilladas como el shish taouk y la kafta, hechas de carne picada y brochetas de pollo, constituyen luego el plato principal. No dudes en picar directamente de los platos con un trozo de pita, este delicioso pan libanés. Finalmente, no te pierdas los pasteles locales a base de frutos secos y crema, o sucumbe al mouhalabieh, una crema de leche rociada con jarabe de flor de naranja y trozos de pistacho.

Destino deportivo: deportes y actividades en el Líbano

Además de su patrimonio cultural e histórico único, Líbano es una tierra de acogida excepcional para los amantes de las aventuras deportivas. Desde el aterrizaje en Beirut, puedes dirigirte a las playas o a los parques acuáticos con toboganes serpenteantes. También puedes equiparte con botellas y bucear en Tiro o Sidón para descubrir antiguos restos sumergidos. El buceo es una actividad en pleno auge en Líbano. De noviembre a marzo, si te apetece ponerte los esquís, no hay problema: una pequeña hora en coche y ya estás en la montaña, listo para descender las pistas de Faraya al pie de la cadena del monte Líbano. También puedes recorrer el bosque petrificado, un paisaje mineral fabuloso del que surgen formas excéntricas e impresionantes. Senderismo, ciclismo de montaña, rafting, escalada, espeleología: la montaña libanesa permite todas estas actividades.


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