Los tesoros imprescindibles para descubrir
Retrocede en el tiempo en Samarcanda. La capital brilla por el gigantismo de sus monumentos, que se encuentran entre los más grandes de Asia Central. Ciudad legendaria de la Ruta de la Seda, Samarcanda ha conservado muchos de sus tesoros de la arquitectura musulmana, incluida la colosal mezquita Bibi Khanum con sus dos minaretes, el mausoleo de Gur Emir o el complejo de la necrópolis de Shah-i-Zinda. En la monumental plaza del Registán, entre dos madrasas y una mezquita, déjate llevar al pasado e imagina la efervescencia del lugar cuando era el gran mercado del mundo, donde se cruzaban los más preciosos tesoros venidos de todos los reinos y imperios.
Refúgiate en el interior de la ciudad fortificada de Itchan Kala. El Kanato de Jiva es la región uzbeka más antigua. El barrio de la ciudad vieja de Jiva es una fascinante ciudad amurallada de 600 m por 400 m, un ingenioso rompecabezas donde los arquitectos supieron encajar a lo largo de los siglos cada vez más edificios en un espacio tan cerrado. No te pierdas el Caravasar de Allakuli-khan donde los comerciantes solían detenerse procedentes de Bujará, Persia, India y Rusia.
Aprecia la autenticidad de Bujará. Oasis acogedor a las puertas del desierto rojo de Kyzyl Kum (extensión de dunas a medio camino entre desierto y estepas), Bujará ha sabido distinguirse preservando su patrimonio arquitectónico heredado de más de 15 siglos de historia. Un ambiente fuera del tiempo, digno de los grandes exploradores. Piedras antiguas, muros de adobe, minaretes y cúpulas turquesas, aquí nada te recuerda que estás en el siglo XXI. Los caravasar están siempre ahí y en los Tim (tiendas cubiertas), los artesanos perpetúan la tradición.