Un viaje cultural más allá de los clichés
Tiendas, cigarrillos, alcohol, perfumes, estaciones de esquí... ¡Es cierto! Pero Andorra también es un país que ha sabido conservar su patrimonio, que se puede descubrir a través de los museos. Una veintena de museos te invitan a conocer la historia y la cultura andorrana: el museo del Tabaco y la Forja Rossell, representativos de la economía; las casas-museo Cristo, Rull o Areny-Plandolit, testigos del antiguo estilo de vida agrícola; la Casa de la Vall o el Santuario de Meritxell, edificios históricos emblemáticos.
También está el museo de Arte sacro, el de la Miniatura; el museo nacional del Automóvil, el museo de las 2-Ruedas, del Perfume, del Agua o incluso el Museo postal. Estos lugares son símbolos de las particularidades del Principado. El Centro de interpretación del arte románico y el de la naturaleza de la Cortinada así como el centro de arte de Escaldes-Engordany son puntos explicativos del paisaje. Además, estos museos suelen ser modernos e ingeniosos, y accesibles a precios asequibles.