Publicado el 17 de diciembre de 2024
Aunque la Polinesia Francesa cuenta con 118 islas en el corazón del océano Pacífico, la mayoría de los viajeros conocen sobre todo Bora Bora y Tahití. Sin embargo, las otras islas son igualmente magníficas y merecen ser exploradas.
En el plano cultural, la Polinesia es rica y vibrante, gracias a sus habitantes y su alegría de vivir, pero también por sus tradiciones, sus cantos y danzas que son la admiración de los visitantes. Los paisajes tan diversos no pueden sino impresionar: atolones, islas altas, montañas, playas, arrecifes de coral... cada archipiélago encierra su lote de sorpresas y sobre todo de maravillas.
¡Así que descubramos juntos los mejores lugares y actividades de la Polinesia Francesa!
Rangiroa es un atolón coralino del archipiélago de Tuamotu-Gambier. La vida marina es extremadamente densa, con delfines, numerosos tiburones como el martillo y el tigre. La fuerte corriente en algunos lugares te permitirá admirar los fondos marinos como si estuvieras en una cinta transportadora. Los mejores puntos de buceo son: la cueva de los tiburones, cañones, la travesía, la eólica, el ángulo, el Azul, el arrecife de Tiputa y el de Myripristis.
Los visitantes disfrutan en este atolón de agua caliente y excelente visibilidad todo el año para el buceo, accesible en su mayoría para principiantes. Se pueden admirar numerosas especies de tiburones, delfines, rayas, morenas... Entre junio y julio, los meros se agrupan para la temporada de apareamiento.
Los mejores puntos son: Ohotu, Pase de Garuae, Maiuru y Pufana.
Accesible solo en barco, este pequeño paraíso cuenta con ocho pueblos que han sabido conservar su encanto y reflejan una calma apacible. Llamada "la isla vainilla", Tahaa asegura casi las ¾ partes de la producción polinesia de vainilla, así que no dudes en visitar una plantación de vainilla y por supuesto en comprar para llevar a casa.
Esta isla es considerada como la cuna de la cultura polinesia porque aquí se asentaron los primeros habitantes de la Polinesia. El marae real de Taputapuatea, clasificado como patrimonio mundial de la UNESCO, es un sitio arqueológico grandioso que testimonia la riqueza cultural de la isla y merece ser admirado. Aquí puedes navegar en piragua o kayak por el río Faaroa, bucear e incluso admirar el único naufragio de toda la Polinesia: el Nordby, un tres mástiles danés que yace desde principios del siglo XX.
Aquí el ecoturismo es la norma. La isla montañosa permite hacer magníficas caminatas y visitar las cuevas de caliza, siendo la más conocida la cueva Mitterrand donde las rocas toman formas fantasmales... La isla también es perfecta para paseos a caballo.
De agosto a octubre, Rurutu es ideal para observar ballenas jorobadas: ¡se pueden hacer excursiones para admirar este maravilloso espectáculo!
También llamada "la isla Mariposa" debido a su forma, las bahías de Moorea son imprescindibles: las bahías de Cook y Opunohu son majestuosas con sus aguas centelleantes. Los placeres náuticos son numerosos: paddle, buceo submarino, snorkel, kayak o simplemente nadar; los viajeros encontrarán seguramente una actividad adaptada a sus deseos. De julio a octubre ¡incluso se pueden ver ballenas jorobadas!
La pequeña isla de 12 km² es un verdadero remanso de paz. Aquí los turistas son raros y las tiendas y hoteles inexistentes. Solo algunas pensiones permiten alojarse en el lugar con total autenticidad. Así podrás apreciar la vida local y la naturaleza preservada de la isla. Se encuentran los petroglifos de Haranae y numerosos maraes. Pero también se pueden hacer excursiones en barco por la laguna para observar mantarrayas.
En muchas islas se pueden encontrar alojamientos sobre pilotes para disfrutar plenamente de tu estancia junto al océano.
Al sur de Tahití se encuentra una de las olas más bellas pero sobre todo una de las más peligrosas del mundo: Teahupoo. Casi tan ancha como alta alcanza entre 5 y 10 metros de altura y 4 metros de diámetro.
Otra de sus particularidades es que se enrolla en forma de tubo lo que requiere un gran dominio por parte de los surfistas. Tienen que realizar un "take-off", levantarse rápidamente sobre su tabla y luego meterse dentro del tubo. Este mítico lugar acogerá además pruebas del surf durante los Juegos Olímpicos 2024.
Reconocible por sus cinco ramas esta flor crece solo en un lugar en Polinesia Francesa. Se encuentra en el monte Temehani en Raiatea. Además de ser magnífica es también particularmente fragante. Un viaje a la isla es por tanto una oportunidad para que los viajeros descubran este patrimonio floral. Desafortunadamente está amenazada de extinción desde hace algunos años debido a las cosechas abusivas.
Según la leyenda una joven llamada "Apetahi" subió a suicidarse al monte Temehani después de descubrir que su marido le engañaba. Fue al cortarse la mano para desangrarse que nació la flor.
Evento imprescindible del calendario cultural polinesio durante el mes de julio este festival dura tres semanas durante las cuales más de un millar de artistas invitan a los participantes a descubrir las leyendas polinesias y la historia de sus pueblos. Se organizan grandes espectáculos con varios grupos de danza y canto. Tendrás entonces la oportunidad de descubrir tradiciones ancestrales espectaculares como caminar sobre fuego.
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