Rumanía, tesoro escondido de Europa del Este

¡Olvida los clichés que prevalecen en Occidente! Un viaje a medida a Rumanía te permitirá descubrir un país lleno de misterios. Es aquí donde nació la leyenda de Drácula. También encontrarás una magnífica diversidad de paisajes, lejos del turismo masivo. Rumanía ofrece una riqueza cultural y natural a menudo desconocida para los viajeros occidentales, prometiendo experiencias únicas e inolvidables para aquellos que se atreven a aventurarse fuera de los caminos trillados. Prepárate para maravillarte con la belleza y autenticidad de este fascinante destino.

El centro histórico de Bucarest es conocido por sus numerosos parques y sus edificios del siglo XIX. Bucarest ha sido apodada "el pequeño París". Entre los puntos de interés, no se pierda el teatro nacional, los edificios de la universidad, el barrio peatonal de Lipscani con sus calles animadas, la plaza de la revolución y el monumento de 1989. Finalmente, el palacio del parlamento, también llamado "casa del pueblo", es el edificio de piedra más grande de Europa, justo por delante del Museo del Louvre. Una visita guiada le permitirá descubrir el lugar. Perchado en las montañas en el corazón de Transilvania se encuentra el castillo de Bran, famoso por la leyenda de Drácula. Esta leyenda tiene su origen en la historia de una figura histórica rumana conocida por su crueldad: Vlad el Empalador. Se dice que residió en este castillo de los Cárpatos que, a pesar de su apariencia austera, no es tan lúgubre como parece. El delta del Danubio ofrece un ecosistema salvaje excepcional y único en Europa. La observación de aves es muy interesante allí gracias a las 250 especies de aves migratorias presentes, entre las que se encuentran pelícanos blancos.

Cada vez más turistas visitan Rumania por su lado natural. Los bosques intactos de las montañas, las extensiones de flores silvestres, así como el encuentro del agua y la tierra en el delta, son sin duda lo mejor que Rumania tiene para ofrecer. Estas tierras de paisajes impresionantes son muy adecuadas para el senderismo. En las reservas naturales de las montañas rumanas, hay muchos circuitos señalizados para los turistas. Ya sea en la montaña o en el delta del Danubio, la naturaleza salvaje es ideal también para los deportes de aventura.

En verano, hace calor, incluso mucho calor, y los rumanos se aglomeran en la costa. El campo es hermoso, con muchas posibilidades de hacer senderismo en la montaña. Se puede pasear de pueblo en pueblo, de pensión rústica a villa con encanto, de fiesta folclórica a monasterio suntuoso. El otoño y la primavera son las estaciones ideales para visitar las ciudades más bellas: Sibiu, Cluj, Timișoara, Brașov, Sighișoara. Bucarest, sofocante en verano, es agradable en las estaciones intermedias. El invierno, a menudo riguroso, puede hacer que los desplazamientos sean difíciles, especialmente en el campo. Es el momento de descender las pocas pendientes de las estaciones de deportes de invierno, cada vez más apreciadas por los lugareños.