Escapada a Filipinas, paraíso tropical y cultural

Explore la belleza exótica de las islas filipinas.

Descubra un archipiélago de playas magníficas y riquezas culturales.

Filipinas: un tesoro de playas y tradiciones vivas.

Filipinas también ofrece kilómetros de costas salpicadas de playas de arena blanca bañadas por aguas cristalinas, muy apreciadas por los buceadores debido a sus ricos fondos marinos donde se pueden observar, entre otros, tiburones ballena y mantarrayas. Las Filipinas también satisfarán a los aventureros gracias a excursiones excepcionales como la de las espectaculares terrazas de arroz de la Cordillera del Norte o en uno de los numerosos volcanes que posee el país. Todas estas actividades pueden ser organizadas por una agencia local en el marco de un viaje a medida, acompañado de guías experimentados, según sus deseos y su presupuesto.

Un viaje al corazón de un paraíso desconocido

Las Filipinas son un archipiélago de 7,107 islas paradisíacas situadas al final del mundo, con muy poco turismo de masas. Viajar a Filipinas es vivir al ritmo de un pueblo relajado y amistoso, con una identidad cultural rica y mestiza. Aquí, uno está lejos de la multitud de turistas que se encuentran habitualmente en el sudeste asiático. Este país ofrece una experiencia única y auténtica, donde cada isla revela sus propios tesoros naturales y culturales, permitiendo a los viajeros descubrir paisajes impresionantes y una hospitalidad cálida.

Los imprescindibles para descubrir

Al norte de Palawan, el archipiélago de Bacuit es un verdadero paraíso en la tierra con sus playas de ensueño aisladas y sus magníficas lagunas. No te pierdas la bahía de Bacuit, donde impresionantes acantilados contrastan con largas playas de arena blanca bordeadas de palmeras y aguas transparentes. A 350 km al norte de Manila, las terrazas de arroz de Banaue se encuentran en el corazón de la isla más grande de Filipinas, Luzón, a 1300 metros sobre el nivel del mar. Fueron talladas hace más de 2000 años en las montañas de Ifugao. Filipinas forma parte del cinturón de fuego del Pacífico y es un archipiélago compuesto por numerosos volcanes, entre ellos el volcán Taal. Es una visita obligada en la mayoría de los circuitos por Filipinas. Junto con el volcán Mayon, es uno de los volcanes cuya ascensión es más accesible.

Explorar Filipinas de manera diferente

Donsol es un paso migratorio para los tiburones ballena de diciembre a mayo. Es posible observarlos buceando cerca de ellos. No es necesario estar equipado con botellas, el equipo de snorkel es suficiente. Estos amables colosos marinos dejan un recuerdo imborrable a cualquiera que se acerque a ellos. ¡Mágico! Las Colinas de Chocolate son una serie de colinas con una formación geológica sorprendente, ya que tienen forma de cono y presentan un tamaño similar. Se cuentan en total 1268 colinas distribuidas en 50 km². Su formación, hace aproximadamente dos millones de años, está en el corazón de muchas leyendas en Filipinas. Situada en la provincia de Surigao del Sur, en Mindanao, Bislig es famosa por su bahía pero también por su sitio natural de Tinuy-an, cuyas cascadas son parte de las imágenes de postal del archipiélago de Filipinas.

Riquezas naturales inagotables

Las Filipinas ofrecen una gran diversidad de paisajes. Las playas de arena blanca están al lado de las de arena negra. En el interior, los volcanes dan lugar a fuentes termales o albergan cuevas, la mayoría de las cuales aún permanecen inexploradas. Agujas kársticas emergen de las aguas color esmeralda de Palawan. Las selvas primarias albergan una fauna y flora muy variadas, con varias especies endémicas, como el tarsero, un pequeño primate.

Al encuentro de las tribus indígenas

Las tribus en Filipinas son numerosas y su modo de vida está arraigado en tradiciones centenarias. Siguen residiendo en pequeñas casas sobre pilotes, perpetuando un modo de vida simple y en armonía con la naturaleza. Su subsistencia se basa esencialmente en la caza, la pesca y la agricultura, prácticas que han perdurado a lo largo de los siglos. Además, algunas de estas tribus se distinguen por la producción de una artesanía de gran calidad, testimonio de su habilidad única y su rico patrimonio cultural. Estas comunidades viven en simbiosis con su entorno, preservando así sus costumbres y tradiciones ancestrales.