Occitania, nacida de la fusión de las antiguas regiones de Languedoc-Roussillon y Midi-Pyrénées, tiene 13 departamentos.
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Despliega sus tesoros naturales y patrimoniales a lo largo de sus montañas, los Pirineos que forman la frontera entre Francia y España, su litoral que se extiende a lo largo de más de 200 km desde la Camarga hasta el Golfo de León, y en sus tierras que albergan ciudades y pueblos dinámicos, auténticos y acogedores. Entre las joyas de Occitania, no hay que perderse las Gargantas del Tarn, la Pequeña Camarga, el Valle de la Dordoña, las Cévennes, Toulouse, la metrópoli donde la vida es buena, al igual que su hermana pequeña Montpellier y su vecina costera, Sète, la Ciudad de Carcassonne, el Viaducto de Millau, el Pont du Gard... En todas partes, los habitantes, orgullosos de sus raíces regionales, son bon vivants, espontáneos y acogedores, acostumbrados a los vientos de Autan y Tramontane, de los que no se escaparán. También es imposible no descubrir los tesoros gastronómicos y vitivinícolas de la región: fois gras, trufas, ostras, quesos, anchoas, aceitunas... sin mencionar las AOC Languedoc, AOC Corbières y AOC Côtes du Roussillon, los vinos de los Côtes de Gascogne, Cahors, Gaillac, y el más famoso de sus espíritus: el Armagnac.