Quebec, tierra de aventura y cultura

Descubra el encanto único de Quebec.

Naturaleza, historia y gastronomía en el corazón de Quebec.

Explore Quebec: entre naturaleza salvaje y cultura rica

Québec ofrece algo para disfrutar durante todo el año, ya sea en el invierno quebequense o en el verano indio. Ya están las metrópolis, Montreal y Quebec, que por sí solas merecerían cruzar el océano Atlántico. Montreal, pulmón económico de Quebec, tan verde en verano como blanca y helada en invierno, coronada por la colina boscosa del parque Mont-Royal y rica en sus múltiples y tan diferentes barrios. Un poco más allá, a lo largo del río San Lorenzo, río identitario que conecta los cinco Grandes Lagos norteamericanos con el Atlántico, se levanta la ciudad fortificada de Quebec, capital administrativa de la provincia (la capital federal de Canadá es Ottawa), y su ciudad alta, el Viejo Quebec, clasificado como patrimonio mundial de la humanidad, donde surgen numerosos monumentos como otros tantos puntos de vista impresionantes como la Terraza Dufferin, la ciudadela o el castillo Frontenac. Pero viajar a Quebec también significa ver la naturaleza en sus más bellas obras, un terreno de juego y aventuras extraordinario para los amantes de las actividades al aire libre, en familia o con amigos, en circuitos acompañados o en autotour. Lago Wapizagonke, lago Saint-Jean, fiordo de Saguenay o río Jacques-Cartier: ¿qué podría ser más natural que refrescarse y divertirse junto a sus miles de lagos y ríos? También puedes elegir perderte en los grandes espacios de los 24 parques nacionales como el parque de la Mauricie o el parque de la isla Bonaventure y Rocher Percé, el mayor refugio de aves migratorias en América del Norte. El programa de alegrías quebequenses también incluye paseos en motonieve o con perros de trineo en la región del norte de Quebec para descubrir osos polares, zorros blancos y caribúes o cruceros en el Golfo del San Lorenzo para observar ballenas, focas y belugas.

Un viaje al corazón de la Bella Provincia

No es solo su proximidad lingüística lo que hace de Quebec un destino tan popular para los turistas franceses. Heredera de la antigua colonia de Nueva Francia y de la histórica Acadia, esta provincia, la más grande de la federación canadiense, seduce por sus variados atractivos. La "Belle province" concilia las espléndidas bellezas naturales del Gran Norte con un patrimonio arquitectónico y cultural deslumbrante, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y enriquecedora.

Los imprescindibles para visitar

Pasear por las calles de Montreal es descubrir la ciudad más poblada de Quebec, rica en atracciones, tanto en la superficie como en el subsuelo. Desde el Viejo Montreal hasta el mirador del Mont-Royal, verdadero parque-montaña en el corazón de la ciudad, pasando por las tiendas de la calle Saint-Catherine hasta el Oratorio San José, es imposible aburrirse. Entre una poutine quebequense y una crepe con jarabe de arce, Montreal ofrece una mezcla única de sabores y paisajes. El archipiélago de las islas de la Magdalena, situado en el centro del Golfo de San Lorenzo, a más de 200 km de las costas de Gaspésie, es un destino ideal para un crucero en familia o con amigos. Conectadas por puentes o dunas, estas islas revelan paisajes coloridos y pueblos pesqueros tradicionales que deleitarán a los amantes de la naturaleza. Al este de Quebec, la península de Gaspésie ofrece panoramas impresionantes. Entre parques nacionales deslumbrantes como el islote del Rocher Percé, playas de arena fina y pequeños pueblos encantadores, este lugar invita a instalarse en una cabaña en Canadá o en una "pourvoirie", posada ubicada en el corazón de los grandes espacios canadienses. En invierno, una escapada en trineo tirado por perros en un lago a quince minutos del centro de la ciudad de Quebec o en el Gran Norte, en el corazón del bosque boreal canadiense, es imprescindible. Para una simple caminata o una gran expedición, el trineo tirado por huskies permite vivir la experiencia de un trampero moderno en estos paisajes nevados.

Explorar Quebec fuera de los caminos trillados

La costa sur del San Lorenzo, Gaspesia, el estuario del San Lorenzo y la ciudad de Tadoussac en Quebec ofrecen algunos de los mejores lugares del mundo para organizar un safari o un crucero de observación de ballenas, entre mayo y octubre. Las focas y los belugas también estarán probablemente presentes. Al oeste de la provincia de Quebec, la segunda bahía más grande del mundo se puede sobrevolar en hidroavión para admirar la fauna local: osos polares, zorros árticos, caribúes y búhos nivales. En invierno, las noches se iluminan con auroras boreales. Canadá no se limita a las cataratas del Niágara. A unos quince kilómetros al este de la ciudad de Quebec se encuentran las cataratas Montmorency, menos anchas pero más altas que las del Niágara. Un espectáculo magnífico que los más audaces pueden atravesar en vía ferrata o en tirolina de unos 300 metros de largo.

Una escapada cultural enriquecedora

La cultura quebequense es rica y diversa. Numerosos festivales de renombre internacional animan la provincia a lo largo del año. En invierno, el Carnaval de Quebec, el Gran Premio Ski-Doo de Valcourt y Montreal en Lumière atraen a mucha gente. En verano, el Festival de la Canción de Tadoussac, el Montebello Rockfest, el Festival Internacional de Jazz de Montreal, el Gran Premio de Fórmula 1 y el Festival de Verano de Quebec reúnen a miles de personas. Los museos, los economuseos, los teatros, las galerías de arte, los centros de interpretación regionales, así como los espacios emergentes dedicados al arte y la música ofrecen una dimensión cultural fuertemente presente en todos los rincones de la provincia.


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