Haití, perla del Caribe para explorar

Descubre la esencia cautivadora de Haití.

Playas paradisíacas y una cultura vibrante te esperan.

Haití, una joya de cultura y paisajes impresionantes

Una gran hospitalidad Ciertamente, Puerto Príncipe es una ciudad febril y agitada, y como en todas las capitales, el contacto no es tan evidente como en ciudades de menor tamaño. Si se logra no dejarse abrumar por el ritmo frenético de la aglomeración, el encuentro es posible, e incluso bienvenido. Decir hola a quien se cruza en nuestra mirada es una marca de cortesía apreciable y una sonrisa intercambiada puede ser el punto de partida de conversaciones apasionantes. Si bien es cierto que la vida no es fácil en Haití, la comunicación y el compartir son sin duda valores más valorados y más difundidos que en Occidente. Siempre que se eviten los temas conflictivos, principalmente la política, se puede hablar de casi todo, ¡y con buen corazón! Si intentas algunas palabras en criollo, la bienvenida que recibirás te dejará buenos recuerdos.

Un viaje al corazón de la autenticidad

Descubra un país vibrante donde la cultura y la naturaleza se unen para ofrecer una experiencia inolvidable. Sumérjase en el ambiente único de sus mercados coloridos, donde la artesanía local y los sabores exóticos despiertan los sentidos. Las majestuosas montañas ofrecen panoramas impresionantes, perfectos para los amantes del senderismo en busca de adrenalina. Las playas inmaculadas, aún preservadas del turismo masivo, invitan a la relajación bajo el suave sol del Caribe. Déjese seducir por el patrimonio histórico cautivador de las ciudades coloniales, donde cada callejón cuenta una historia. La cálida acogida de sus habitantes le hará sentir como en casa, mientras que la música y el baile marcan el ritmo de las animadas noches. Al explorar este destino, descubrirá un modo de vida auténtico y una riqueza cultural que no dejará de asombrarle. Prepárese para caer bajo el encanto de una tierra llena de sorpresas y maravillas.

Las Caribes inexploradas: una aventura en Haití

A diferencia de sus vecinas cercanas, Cuba y la República Dominicana, la República de Haití no atrae a las multitudes. La situación política inestable a menudo desalienta a los turistas que prefieren la comodidad de las estancias en la República Dominicana. Sin embargo, aquellos que regresan de estos viajes recuerdan la amabilidad de los haitianos. ¿Por qué no considerar Haití para tus próximas vacaciones? Las playas más hermosas de Haití están por descubrirse. Estos tesoros perdidos en la isla olvidada del Caribe están poco desarrollados turísticamente pero siguen siendo espléndidos y accesibles. Otros, igualmente magníficos, se revelan a aquellos que se toman el tiempo para explorarlos. Viajando, se descubre un país rural donde a pesar de la desaparición progresiva de burros y caballos en favor de las dos ruedas, los animales viven en libertad y los pájaros cantan alrededor de los arroyos. En los pueblos remotos, los pasos de coches se cuentan con los dedos de una mano cada día. Muchas chozas conservan sus techos de paja. La belleza anticuada de las grandes ciudades con su impresionante arquitectura colonial, como Le Cap o Jacmel, invita a un verdadero viaje en el tiempo. La costa está bordeada por kilómetros de playas desiertas de arena negra, blanca, gris, amarilla o de guijarros, mientras que el Océano translúcido alberga miles de corales. Una de las playas más hermosas, la del Môle Saint-Nicolas, parece inalterada desde su surgimiento de los mares. En el interior del país, las montañas sagradas, cascadas, pozas, caídas y cimas escarpadas revelan la riqueza de esta isla que se eleva a más de 2.400 metros sobre el Océano.

Un tesoro escondido del Caribe

Viajar a Haití es acercarse al exotismo del Caribe en francés. El hecho de que esta parte de la isla sea francófona ayuda en gran medida a los turistas franceses a establecer lazos con la población local, a expresarse en las tiendas, comercios y administraciones, y a hacerse entender en caso de emergencia. Sin embargo, el francés sigue siendo el segundo idioma del país, y la gran mayoría de la población solo habla criollo, especialmente en las provincias. Aunque el criollo haitiano tiene consonancias similares al francés, no siempre es evidente, para quienes no dominan sus bases, entender o hacerse entender en este idioma. De hecho, animamos a todos los que planean viajar a Haití a que se equipen con una pequeña guía de conversación en criollo. ¡La comprensión de la realidad haitiana y los intercambios con la población serán mucho más enriquecedores!

Una pasión artística

Los artistas son numerosos en Haití. A lo largo de las carreteras de la capital, las exposiciones son permanentes. Apoyados contra un trozo de pared, artistas desconocidos intentan vender sus obras. En Pétion-Ville, el ambiente es diferente. Es allí donde los artistas más reconocidos de la isla tienen su taller y su punto de venta. A menudo, un vendedor te recibe porque el creador está de viaje o trabajando en sus futuras obras. La atmósfera es mucho más exclusiva. El cliente proveniente de la rica burguesía se informa sobre el precio, la cotización y a veces se enamora de una obra, alcanzando precios inimaginables en la calle. Estos artistas de moda exponen en las más grandes galerías de arte naíf alrededor del mundo. La venta directa de uno de sus cuadros en Haití puede por lo tanto constituir una plusvalía interesante. Para los artistas callejeros, los parámetros son diferentes. Con pocos medios, intentan imitar las obras más conocidas de los artistas cuya cotización es más alta en el extranjero. Buenos copistas, algunos tienen un toque de pincel que no tiene nada que envidiar a sus ilustres competidores. La pintura haitiana es ante todo una pintura colorida que representa escenas de la vida de ayer y hoy. En un estilo naíf, presenta muchos puntos en común con la pintura africana: la simplicidad de las formas, la multitud de colores cálidos y alegres siendo sus características fundamentales. Un estilo que muchos aprecian y que hace la reputación de la escuela haitiana (que ella misma se compone de una multitud de géneros: escuela capoise, escuela Saint Soleil, escuela de la Grand-rue, paisajistas, retratistas, simbolistas, postmodernos, estilistas, etc.) en todo el mundo. Hay que decir que los artistas haitianos son trabajadores incansables porque el talento solo no basta para destacar. A menudo, aprenden al lado de un maestro para el cual realizan bocetos, comprendiendo a su lado los diferentes tipos de técnicas que asimilan antes de deshacerse de ellas y crear su propio estilo.